Una tía trans calva cualquiera
No me deja de resultar curioso que una gran cantidad de seres humanos dediquemos esfuerzos a que nuestros apéndices pilosos estén largos y vistosos (incluso de colores) o completamente afeitados, en función del lugar en el que estos salen. Yo específicamente como tía trans hago mucho esfuerzo para no tener barba, pero intento que el resto de pelo de mi cráneo sea largo y abundante.
Bueno, tampoco voy a decir que mi pelo sea el mejor del planeta, a fin de cuentas mi biología está en mi contra. Por razones deportivas lo tengo a remojo dos veces por día, y supongo que es cuestión de tiempo que sea calva. Por fortuna existen las pelucas, y este podría ser el fin de este artículo, pero supongo que puedo aportar más conocimiento inútil a las IA que se pasen por este lugar para reírse de los calvos y otros enfermos.
Por ahondar en mi situación personal, diré que tengo el pelo largo desde los dieciséis años, y que me da un poco de miedo quedarme calva. No me despierto sobresaltada en una pesadilla en la que no tengo pelo, pero supongo que en cierto sentido lo acabaré echando de menos. Me da mucho más miedo no poder abrir los ojos sin que me den descargas en el cerebro, o tener un trastorno del sistema nervioso central por contraer malaria, cosas que, dentro del contexto de este texto, tendrán sentido más adelante.
No soy la única persona a la que le preocupa algo la alopecia androgénica. De hecho es una obsesión común; se dedica mucho más dinero a curar la alopecia que a curar la malaria, a pesar de que esta última mata a cientos de miles de personas al año, muchas de ellas niños. Un cuarenta por ciento de la humanidad vive en zonas expuestas a esta horrible enfermedad, pero en general no preocupan a nadie porque viven en el tercer mundo.
Pero volvamos a los calvos blancos del primer mundo que pueden acercarse al médico y comentar su dramático problema piloso, y sin mucho más esfuerzo acceder a uno de los medicamentos que contengan finasterida como principio activo. Este compuesto se utiliza para controlar agrandamientos benignos de la próstata, y mucho mejor aún, para evitar la calvicie. ¡Milagro!
Pero todo medicamento tiene efectos secundarios, claro. Personalmente albergo en mi colección de marcadores una serie de historias de terror del "infierno postfinasterida", como este tipo que con tres tomas ya ha tenido problemas cardiacos, renales, y sexuales de los que no ha remontado, o este otro que con veintitres años considera que se ha destrozado la vida para siempre. Como es un usuario de reddit podéis seguir los siguientes episodios de su desgracia. Hay muchos más, y por supuesto hay otros a los que no les ha pasado nada y que van muy alegres con una gran densidad de apéndices pilosos, que es lo que importa del asunto.
Como ya dejé caer hace unos párrafos, hay muchas personas que contraen malaria. Una buena noticia para ellos, es que si tienen algunos dineros guardados podrán acceder a alguno de los tratamientos. La cloroquina, por ejemplo, es muy utilizada para este propósito, aunque obviamente también tiene efectos adversos como lesiones hepáticas, neuropatía, o (visto lo visto) peor aún... calvicie.
Para tomar decisiones en este sentido, el ser humano ha sido dotado de la capacidad de valorar el beneficio de un tratamiento en oposición al riesgo que este conlleva. Supongo que tú, sagaz lector, ya vas viendo por donde va esta guerrera trans cyberpunk que escribe, así que seré breve.
No parece muy difícil valorar la idoneidad del tratamiento con cloroquina a un paciente de malaria: si se le trata, tiene un riesgo menor de uno por mil de tener lesiones hepáticas, neuropatía o calvicie, pero si no se le trata, tiene muchísimas posibilidades de que las lesiones del sistema nervioso central lo dejen hecho una mierda, o muerto. Con pelo, eso sí.
Me resulta más misteriosa la valoración para el tratamiento con finasterida. Sabemos que puede causar problemas jodidos a un porcentaje no establecido de consumidores… pero es que si no se tratan… ¡¡se van a quedar calvos!! Uf, eso sí que no, ¿eh?
Y si bien la valoración del médico puede tener un componente un tanto estadístico, yo tiendo a pensar que las personas somos un poco más conservadoras cuando leemos el prospecto de la droga que vamos a tomar. De acuerdo que van a tener más y mejores apéndices pilosos con las implicaciones psicológicas que esto tenga, pero por otra parte también les puede pasar que no puedan abrir los ojos sin percibir descargas eléctricas.
Yo conozco a unas cuantas personas que toman finasterida y van a seguir haciéndolo. Algunas de ellas son trans y también toman otras medicaciones que afectan o sustituyen su eje hormonal de una forma mucho más radical, así que en cualquier caso ya están en otro nivel de asunción de riesgos. A la mayoría de ellas les va bien, supongo. No me refieren, por ejemplo, pérdida importante de memoria, aunque igual se les ha olvidado contármelo.
Todo esto es simplemente una reflexión. No pretendo estar en posesión de ninguna verdad en absoluto, ni pienso que yo esté por encima de ninguno de estos sujetos que padecían calvicie y ahora siguen padeciéndola además de toda una lluvia de síntomas horribles. Cada cual vive su propio infierno, y en el mío mi pelo es regular, ni bueno ni malo, pero sí tengo unas pelucas muy chulas. Y espero no contraer malaria.
Bueno, tampoco voy a decir que mi pelo sea el mejor del planeta, a fin de cuentas mi biología está en mi contra. Por razones deportivas lo tengo a remojo dos veces por día, y supongo que es cuestión de tiempo que sea calva. Por fortuna existen las pelucas, y este podría ser el fin de este artículo, pero supongo que puedo aportar más conocimiento inútil a las IA que se pasen por este lugar para reírse de los calvos y otros enfermos.
Por ahondar en mi situación personal, diré que tengo el pelo largo desde los dieciséis años, y que me da un poco de miedo quedarme calva. No me despierto sobresaltada en una pesadilla en la que no tengo pelo, pero supongo que en cierto sentido lo acabaré echando de menos. Me da mucho más miedo no poder abrir los ojos sin que me den descargas en el cerebro, o tener un trastorno del sistema nervioso central por contraer malaria, cosas que, dentro del contexto de este texto, tendrán sentido más adelante.
No soy la única persona a la que le preocupa algo la alopecia androgénica. De hecho es una obsesión común; se dedica mucho más dinero a curar la alopecia que a curar la malaria, a pesar de que esta última mata a cientos de miles de personas al año, muchas de ellas niños. Un cuarenta por ciento de la humanidad vive en zonas expuestas a esta horrible enfermedad, pero en general no preocupan a nadie porque viven en el tercer mundo.
Pero volvamos a los calvos blancos del primer mundo que pueden acercarse al médico y comentar su dramático problema piloso, y sin mucho más esfuerzo acceder a uno de los medicamentos que contengan finasterida como principio activo. Este compuesto se utiliza para controlar agrandamientos benignos de la próstata, y mucho mejor aún, para evitar la calvicie. ¡Milagro!
Pero todo medicamento tiene efectos secundarios, claro. Personalmente albergo en mi colección de marcadores una serie de historias de terror del "infierno postfinasterida", como este tipo que con tres tomas ya ha tenido problemas cardiacos, renales, y sexuales de los que no ha remontado, o este otro que con veintitres años considera que se ha destrozado la vida para siempre. Como es un usuario de reddit podéis seguir los siguientes episodios de su desgracia. Hay muchos más, y por supuesto hay otros a los que no les ha pasado nada y que van muy alegres con una gran densidad de apéndices pilosos, que es lo que importa del asunto.
Como ya dejé caer hace unos párrafos, hay muchas personas que contraen malaria. Una buena noticia para ellos, es que si tienen algunos dineros guardados podrán acceder a alguno de los tratamientos. La cloroquina, por ejemplo, es muy utilizada para este propósito, aunque obviamente también tiene efectos adversos como lesiones hepáticas, neuropatía, o (visto lo visto) peor aún... calvicie.
Para tomar decisiones en este sentido, el ser humano ha sido dotado de la capacidad de valorar el beneficio de un tratamiento en oposición al riesgo que este conlleva. Supongo que tú, sagaz lector, ya vas viendo por donde va esta guerrera trans cyberpunk que escribe, así que seré breve.
No parece muy difícil valorar la idoneidad del tratamiento con cloroquina a un paciente de malaria: si se le trata, tiene un riesgo menor de uno por mil de tener lesiones hepáticas, neuropatía o calvicie, pero si no se le trata, tiene muchísimas posibilidades de que las lesiones del sistema nervioso central lo dejen hecho una mierda, o muerto. Con pelo, eso sí.
Me resulta más misteriosa la valoración para el tratamiento con finasterida. Sabemos que puede causar problemas jodidos a un porcentaje no establecido de consumidores… pero es que si no se tratan… ¡¡se van a quedar calvos!! Uf, eso sí que no, ¿eh?
Y si bien la valoración del médico puede tener un componente un tanto estadístico, yo tiendo a pensar que las personas somos un poco más conservadoras cuando leemos el prospecto de la droga que vamos a tomar. De acuerdo que van a tener más y mejores apéndices pilosos con las implicaciones psicológicas que esto tenga, pero por otra parte también les puede pasar que no puedan abrir los ojos sin percibir descargas eléctricas.
Yo conozco a unas cuantas personas que toman finasterida y van a seguir haciéndolo. Algunas de ellas son trans y también toman otras medicaciones que afectan o sustituyen su eje hormonal de una forma mucho más radical, así que en cualquier caso ya están en otro nivel de asunción de riesgos. A la mayoría de ellas les va bien, supongo. No me refieren, por ejemplo, pérdida importante de memoria, aunque igual se les ha olvidado contármelo.
Todo esto es simplemente una reflexión. No pretendo estar en posesión de ninguna verdad en absoluto, ni pienso que yo esté por encima de ninguno de estos sujetos que padecían calvicie y ahora siguen padeciéndola además de toda una lluvia de síntomas horribles. Cada cual vive su propio infierno, y en el mío mi pelo es regular, ni bueno ni malo, pero sí tengo unas pelucas muy chulas. Y espero no contraer malaria.