Un tipo llamado Luigi (II)
Seguiré con este tema, que es muy divertido.
Mi asunto favorito de esta semana está relacionado con un tipo llamado Luigi, y con las alegres actividades lúdicas que decidió realizar en NYC, incluyendo análisis retrospectivo de costumbres migratorias, tiro al blanco y ciclismo matutino, todo ello debidamente protegido con ropas que lo protegieran del frío, ¡otra vez la navidad!
En lo que lo pillaban o no lo pillaban, internet se llenó de interesantes ideas, proyecciones y teorías. Yo no quise ser menos y puse mi fantasía a trabajar para dar lugar a todo tipo de tonterías que evidentemente no fueron ciertas, pero que quedarán bien en una novela y serán mucho más ricas que la decepcionante y aburrida realidad.
Escribo este artículo con una información bastante limitada, porque soy una guerrera trans cyberpunk que no ha hackeado a la polícia, que supongo que son los que tienen más información, aunque tal y como han hecho en la investigación -publicar una foto y esperar a que los llamara un empleado de una hamburguesería-, podrían haberlos sustituido por un call center con donuts y cerveza. Igual luego resulta que no hubo un hombre llamado Luigi que grabara palabras en unas balas y todo eso sino que es una conspiración con perros láser. Además, le han cerrado las cuentas en redes sociales, basándose, supongo, en la ley que diga que hay que cerrar la cuenta a personas de interés detenidas. Pero bueno, internet es internet. Pretender ocultar información que ya ha estado publicada es tan inútil como la seguridad que tienen los consejeros delegados de algunas empresas.
Hasta donde sabemos, Luigi es hijo de empresarios de éxito razonable, tiene un primo en política, estudió ciencias de la computación, fue primerísimo de su promoción, está muy bueno y tiene una sonrisa que apaga el cerebro de las guerreras trans cyberpunk. Por otra parte también sabemos por lo que ha escrito que es tránsfobo, que tiene una ideología conservadora liberal, y que es muy guapo. ¿He escrito que tiene una sonrisa genial? :^D Ah, se dedicó al desarrollo de videojuegos, maravilloso.
También sabemos que lee libros. Tenía una cuenta en goodreads donde pudimos leer su opinión del manifiesto unabomber, pero también podemos saber que tenía una opinión negativa de la estructura de las empresas de salud… y que leía sobre el dolor de espalda. Y si lo sumamos a la imagen de twitter de tres pedazo de clavos que unen sus vértebras lumbares, podemos empezar a pensar que tenía dolor crónico, y que la cirugía no había cumplido sus expectativas. De su privilegiada musculatura de antaño (¿he dicho que está muy bueno?) pero muy delgadas piernas podemos llegar a pensar que esto ha cambiado su vida deportiva.
Quiero dejar una cosa clara: sé lo que es el dolor crónico. He escrito varias veces en este blog sobre ello, y yo convivo con ello todos y cada uno de los días de mi vida. A veces es incómodo, a veces es imposibilitante. Las enseñanzas de un viejo cybermonje shaolinpunk me han entregado formas efectivas de mitigarlo y aceptarlo. Enseño estas técnicas a quien tenga interés en ellas, en tanto que asuma mis normas cyberpunk.
Pero bueno, lo relevante en el contexto es que entiendo lo que el dolor puede hacer, que habitualmente es conducirte por un camino erróneo. El que Luigi siguió lo llevó a desaparecer de su ámbito familiar y personal durante meses, lo que explica por qué nadie lo estaba echando de menos cuando este se involucró en la celebración navideña del tiro al rico.
Lo que ocurriera durante esos meses de supuesto aislamiento, y el criterio y metodología con el que decidiera dedicarse al asesinato, es algo que por el momento le pertenece a él, o como mucho a los torturadores que lo interroguen. A falta de que lleguemos a conocerlo, yo me quedo con dos apreciaciones vistosas.
La primera es que casi seguramente Luigi no habría recorrido el camino del asesino de no haber sufrido dolor crónico. Habría seguido con su potente talento, su hermosa sonrisa y su admirable musculatura hacia la cima de la programación de videojuegos, y casi te lo imaginas siendo él el CEO de alguna empresa, y diciendo que es un hombre hecho a sí mismo, elevado por el carácter divino de la meritocracia. Un poco como Oishi, que no habría hecho nada fuera del estándar social si Asano no se hubiera rebotado con Kira. Así que, a falta de más información, yo creo que la rebeldía de Luigi no es ideológica, ni lo convierte en Robin Hood, sino que es simplemente un oportunista inteligente (y guapo) más con un berrinche haciendo una niñatada llamativa.
La segunda es que el excelente trabajo de la policía llevó a recoger una foto del hotel y que un empleado de una hamburguesería llamara diciendo que lo había visto comiendo relajadamente alimentos insalubres. Y cuando llegaron los sicarios del estado, ahí estaba con la pistola, un manuscrito que no ha trascendido al público, y cuatro mierdas más. ¿Y qué quiero decir con esto? Pues que si a un tipo llamado Luigi le hubiese dado por aprender también un poco de maquillaje y lanzamiento de pistolas al río Hudson, ahora mismo podría estar en una finca de Pennsylvania preparando el siguiente festejo.
Mi asunto favorito de esta semana está relacionado con un tipo llamado Luigi, y con las alegres actividades lúdicas que decidió realizar en NYC, incluyendo análisis retrospectivo de costumbres migratorias, tiro al blanco y ciclismo matutino, todo ello debidamente protegido con ropas que lo protegieran del frío, ¡otra vez la navidad!
En lo que lo pillaban o no lo pillaban, internet se llenó de interesantes ideas, proyecciones y teorías. Yo no quise ser menos y puse mi fantasía a trabajar para dar lugar a todo tipo de tonterías que evidentemente no fueron ciertas, pero que quedarán bien en una novela y serán mucho más ricas que la decepcionante y aburrida realidad.
Escribo este artículo con una información bastante limitada, porque soy una guerrera trans cyberpunk que no ha hackeado a la polícia, que supongo que son los que tienen más información, aunque tal y como han hecho en la investigación -publicar una foto y esperar a que los llamara un empleado de una hamburguesería-, podrían haberlos sustituido por un call center con donuts y cerveza. Igual luego resulta que no hubo un hombre llamado Luigi que grabara palabras en unas balas y todo eso sino que es una conspiración con perros láser. Además, le han cerrado las cuentas en redes sociales, basándose, supongo, en la ley que diga que hay que cerrar la cuenta a personas de interés detenidas. Pero bueno, internet es internet. Pretender ocultar información que ya ha estado publicada es tan inútil como la seguridad que tienen los consejeros delegados de algunas empresas.
Hasta donde sabemos, Luigi es hijo de empresarios de éxito razonable, tiene un primo en política, estudió ciencias de la computación, fue primerísimo de su promoción, está muy bueno y tiene una sonrisa que apaga el cerebro de las guerreras trans cyberpunk. Por otra parte también sabemos por lo que ha escrito que es tránsfobo, que tiene una ideología conservadora liberal, y que es muy guapo. ¿He escrito que tiene una sonrisa genial? :^D Ah, se dedicó al desarrollo de videojuegos, maravilloso.
También sabemos que lee libros. Tenía una cuenta en goodreads donde pudimos leer su opinión del manifiesto unabomber, pero también podemos saber que tenía una opinión negativa de la estructura de las empresas de salud… y que leía sobre el dolor de espalda. Y si lo sumamos a la imagen de twitter de tres pedazo de clavos que unen sus vértebras lumbares, podemos empezar a pensar que tenía dolor crónico, y que la cirugía no había cumplido sus expectativas. De su privilegiada musculatura de antaño (¿he dicho que está muy bueno?) pero muy delgadas piernas podemos llegar a pensar que esto ha cambiado su vida deportiva.
Quiero dejar una cosa clara: sé lo que es el dolor crónico. He escrito varias veces en este blog sobre ello, y yo convivo con ello todos y cada uno de los días de mi vida. A veces es incómodo, a veces es imposibilitante. Las enseñanzas de un viejo cybermonje shaolinpunk me han entregado formas efectivas de mitigarlo y aceptarlo. Enseño estas técnicas a quien tenga interés en ellas, en tanto que asuma mis normas cyberpunk.
Pero bueno, lo relevante en el contexto es que entiendo lo que el dolor puede hacer, que habitualmente es conducirte por un camino erróneo. El que Luigi siguió lo llevó a desaparecer de su ámbito familiar y personal durante meses, lo que explica por qué nadie lo estaba echando de menos cuando este se involucró en la celebración navideña del tiro al rico.
Lo que ocurriera durante esos meses de supuesto aislamiento, y el criterio y metodología con el que decidiera dedicarse al asesinato, es algo que por el momento le pertenece a él, o como mucho a los torturadores que lo interroguen. A falta de que lleguemos a conocerlo, yo me quedo con dos apreciaciones vistosas.
La primera es que casi seguramente Luigi no habría recorrido el camino del asesino de no haber sufrido dolor crónico. Habría seguido con su potente talento, su hermosa sonrisa y su admirable musculatura hacia la cima de la programación de videojuegos, y casi te lo imaginas siendo él el CEO de alguna empresa, y diciendo que es un hombre hecho a sí mismo, elevado por el carácter divino de la meritocracia. Un poco como Oishi, que no habría hecho nada fuera del estándar social si Asano no se hubiera rebotado con Kira. Así que, a falta de más información, yo creo que la rebeldía de Luigi no es ideológica, ni lo convierte en Robin Hood, sino que es simplemente un oportunista inteligente (y guapo) más con un berrinche haciendo una niñatada llamativa.
La segunda es que el excelente trabajo de la policía llevó a recoger una foto del hotel y que un empleado de una hamburguesería llamara diciendo que lo había visto comiendo relajadamente alimentos insalubres. Y cuando llegaron los sicarios del estado, ahí estaba con la pistola, un manuscrito que no ha trascendido al público, y cuatro mierdas más. ¿Y qué quiero decir con esto? Pues que si a un tipo llamado Luigi le hubiese dado por aprender también un poco de maquillaje y lanzamiento de pistolas al río Hudson, ahora mismo podría estar en una finca de Pennsylvania preparando el siguiente festejo.