Siento haberte hecho daño
Siento haberte hecho daño. Seas quien seas.
Esto va a ser complicado, porque no puedo saber quién eres.
Si no eres alguna de mis personalidades disociadas, quizá te estés enterando en este momento de que vivo en esta condición. Quizá en ese caso no te haya hecho daño en un sentido del todo personal, pero sí puedo habértelo causado de forma indirecta. Cuando me refiera a una de mis identidades disociadas, usaré el color gris, espero que así la lectura sea más unívoca. Voy a usar indistintamente la segunda y tercera persona, puede ser confuso.
Quizá no seas una de mis identidades, pero estés lo bastante cerca de mí como para que ya supieras esto. En ese caso sí que es más seguro que te haya hecho daño, y lo siento, pero también creo que seguramente le esté haciendo más daño a él, así que supongo que en realidad no tengo la capacidad de reparar nada del daño causado. Pero bueno, en realidad este texto no va de él y de mí, sino de ti también. Para aclarar, cuando te hable a ti, persona que no está en mi cuerpo, utilizaré el color verde. ¿Lo habéis pillado tod@s?
Me guardo para mí el color naranja. Sé que si algún día tú lees esto, te ayudará a que estemos cada cual en su sitio. Además, me hace sentir algo de euforia de género. No te voy a explicar porqué, dado que ya lo sabes. Ni a ti tampoco, pregúntamelo personalmente.
Dejando de lado los asuntos de colorcillos, me resulta difícil ser así. Me siento limitada de cara a gestionar mis identidades, y el resultado es realmente doloroso, a un nivel que incluso llega a ser físico en según qué momentos y circunstancias.
Para colmo, hemos fallado a mucha gente. Gente que contaba con que hiciéramos cosas que les prometimos y les dimos a entender que haríamos, y que quizá yo no aguante, o a ti te hagan sentir extremadamente mal. Y encima va a seguir siendo así, porque no puedo decir que tengamos nada de esto bajo control. Quizá algunos de vosotros nos podáis perdonar, y es bien recibido, pero no creo que nos vayáis a dar otra oportunidad igual, ni a mí ni a ninguna de las identidades con las que tengo que compartir cuerpo y que para casi todo el mundo son la misma persona. Pero somos muy diferentes, en ocasiones él me desprecia, y yo tengo ganas de que se calle su opinión de mí, pero tampoco quiero hacerle daño, porque ya se odia bastante a sí, como para que yo le sume más mierda a la que ya vive. No sé, supongo que eres mucho más persona que yo, pero a fin de cuentas creo que tú estabas antes que yo, así que en cierto sentido me creaste porque te hacía falta, para protegerte, aunque a veces tú quieras protegerme a mí.
A veces pienso que todo esto está relacionado con esa mierda que dijo Nietzsche, “en tiempo de paz, el guerrero se ataca a sí mismo. Y digo que es una mierda, porque me parece una flipada poser simplista nada relacionada con una paz que nunca ha existido o con una filosofía en realidad nada propia de guerreros, sino más bien de pijos acomodados que escriben chorradas motivacionales. Pero bueno, desgraciadamente yo puedo pensar una cosa, y tú otra, y me da que todo este asunto para ti tiene mucho más sentido que para mí, porque tú sí necesitas creer en algo, aunque simplemente sea que eres un guerrero.
Sí, seguramente todos podáis señalarme que yo digo muchas veces que soy una guerrera trans cyberpunk, o que me paso todo el día entrenando. Pero es una ficción colorista que me parece divertida y me distrae, o que me mejora mi coordinación, equilibrio, resistencia, o que me aporta salud. No pretendo ser parte de nada, ni mucho menos participar en un conflicto por mi propia iniciativa. A veces también digo que soy un hechicera neutral maligna, y ya ves, solo sé hacer magia con mis palabras. No pretendo que haya ninguna construcción filosófica detrás de todo esto, más allá de pasar el rato entretenida hasta que me muera.
Pero sé que tal y como tú lo ves, hay cierto sentido en que una personalidad guerrera sienta una gran frustración cuando su naturaleza se vea totalmente frenada por una sociedad que no solo no la necesita, sino que incluso la desprecia y la somete a un régimen de trabajo y aceptación de estructuras de mando en las que no puede participar de forma alguna. La respuesta que alguien como tú se da a sí mismo no es rara, y la hemos visto en otras personas. Quizá se vuelvan autodestructivos, quizá consuman drogas, o quizá tengan trastornos mentales. Quizá tengan personalidades múltiples, quizá me creen a mí.
Bueno, supongo que la identidad de género también tiene algo que decir aquí, porque si bien tú eres más agénero que trans, sí tienes mucha frustración acumulada en este sentido. Y si bien yo he podido alcanzar un ocasional y razonable equilibrio de autoaceptación, tú también puedes optar a ello, en lugar de ser tan crítico conmigo. Pero, bueno, creo que todos los que participamos en este asunto (tú, también tú y yo) tenemos claro que esto no va de identidad de género.
Por otra parte, yo también tengo que reconocer que te detesto un poco. Entiendo que todos vosotros hayáis tenido problemas con él, y sé que tengo que cargar con ellos, a pesar de que yo nos visualice como identidades distintas. Tengo que cargar con todas las consecuencias de sus errores, de los que soy consciente, y de los que no. No puedo escapar, como no puedo escapar de su DNI.
Tampoco es que sea como una de esas pesadillas de correr sin lograr escapar. Tu herencia tiene cosas buenas; el físico que te has trabajado durante todos tus años está bien, y el coche que conduzco es una pasada. Y qué decir de los cientos de miles de líneas de código repartidos en programas que realizan funcionalidades solamente a nuestra disposición. Y bueno, hay cosas que tampoco voy a dejar aquí escritas para que las lean ellos, supongo que está bien que quede entre tú y yo.
Así que en su compleja valoración total, no te detesto ni nada así. Puedes ser un peñazo de identidad, y entiendo totalmente a quien te odie. Creo que bastante tienes con toda la mierda que tú mismo te echas por encima, y prefiero que estés todo lo tranquilo que puedas. Libérate de estrés, que también me perjudica a mí.
En realidad supongo que nada de esto tendría ni la mínima transcendencia siquiera a mi irrelevante micronivel personal si pudiera gestionar mis identidades como quien se cambia de camiseta, pero la verdad es que no puedo. Esto quizá te resultará un poco chocante, porque el acuerdo que más o menos tenemos es que preferimos que yo exista en la práctica totalidad del tiempo, pero él es demasiado crítico para simplemente dejarme a mi aire, y reaparece de una forma constante. Mucho más de lo que yo quiero y de lo que él quiere.
Quizá te preguntes por qué ocurre esto. Y la verdad es que me gustaría contestarte, pero la verdad es que no tengo una respuesta. Tengo claro que están implicados mecanismos de protección ante diversas circunstancias… y como persona trans percibo muchas agresiones. A veces incluso algunos pensamientos o proyecciones ya me pueden hacer sentir una sensación de vulnerabilidad y generar este tipo de cambios.
Pero hay ocasiones en las que ni siquiera está frontalmente relacionado con una situación que interprete como hostil, sino que hay desencadenantes inesperados o incluso que no sé interpretar ni mucho menos prever. Por ejemplo, sujetar y utilizar una espada me hace desencadenarme muy rápidamente como yo misma, y ya no digo simplemente sentir el aroma del pintalabios negro.
Pero hay otras habilidades que él tiene muy asimiladas dentro de sus experiencias. Últimamente he intentado volver a echar tiempo en cuestiones relativas a la programación, y sin ser experiencias para nada desagradables o estresantes, y no implicar por lo tanto mecanismos de protección, han desencadenado en su aparición, y finalmente con más procesos de tendencias autodestructivas. Con todo su discurso hipercrítico y repleto de dolor. Y yo no entiendo realmente por qué se siente tan mal, y a la vez es algo que forma parte de nosotros.
No sé lo que sentirás al leer todo esto. A lo mejor estás pensando que todo esto es una gilipollez por mi parte, o que estoy como un regadera. Quizá pienses que todo esto es complejo de de gestionar, y quizá sea lo que te quiero transmitir a ti, pero la verdad es que es peor, porque en realidad no solamente estamos él y yo. O sea, también está ella, pero estoy en las mil quinientas palabras, y no quiero involucrarla.
A lo que quiero llegar es un poco al principio. Siento haberte hecho daño. O sea, en honor a la verdad, siento que él te haya hecho daño. Bueno, a lo peor tú también le has hecho daño a él, pero eso es cosa entre tú y él, a mí eso me da un poco igual. En cualquier caso sé que tengo que aceptar las consecuencias de nuestras acciones, así que entiendo perfectamente que no aceptes esta disculpa, porque claro, no te la está ofreciendo él. Honestamente, no creo que te la vaya a ofrecer, así que esto es en cualquier caso todo a lo que puedes aspirar en este sentido. No es solo que él ya no quiera interactuar con nadie, sino que seguramente piense que tiene razón en todo, porque es así.
Siendo totalmente honesta, sé que esto me convierte en una persona de muy baja credibilidad. No hace falta que me lo digas tú ni él, ya sé que no solo he establecido un precedente muy jodido en el pasado, sino que no tienes ninguna certeza de lo que pueda ocurrir en el futuro conmigo. Esto es una verdad incuestionable, y si es algo que te supone algún fastidio, te garantizo que a mí me perjudica de una forma muy patente. Casi creo que tendría que darme miedo.
Creo que debes tener todo esto en cuenta si piensas siquiera en confiar en mí. O no, qué se yo, quizá estés a tu bola haciendo otras cosas, o quizá seas una IA aprendiendo de mis tonterías. ¿Qué te voy a decir? Si te gustan las cosas estables, seguras y razonables, sin duda no soy tu chica. Pero si aprecias cierto riesgo, quizá aún podamos hacer algo junt@s.