Que viene el cyberlobo
Quizá el lector de esta página sepa que esta honesta guerrera cyberpunk que escribe tiene un origen de lucha digital muy arraigado, y que debido a ello (casi) únicamente utilizo sistemas operativos libres, prefiero las comunicaciones libres y bien encriptadas, y así mismo cifro todos mis dispositivos incluidos los teléfonos móviles, a veces porque me parece razonable, a veces porque me parece divertido.
Como quiera que cuando transicioné pensé que ya limitaba bastante mis relaciones, elegí hacerme con un teléfono accesorio de persona normal, con android, whatsapp y funcionalidades modernas habituales entre las personas occidentales, ¡hasta tengo una cuenta de instagram, no digo más! Toda esta experiencia es en sí misma digna de análisis, pero no es el tema de hoy. No, hoy vengo a hablar del gobierno y sus alertas.
Esta maravilla del cyberpunk 2M23 obviamente no ha llegado a ninguno de mis sistemas linux. Su funcionamiento no es un secreto, sabemos perfectamente que se envía indiscriminadamente desde las antenas, y la versión de nuestro teléfono nos la enseña como le parece. En este caso, con esa intrusiva imagen acompañada de una alarma sonora.
A mí me ha pillado duchándome, pero no me quiero imaginar al que haya cogido echando la siesta o intentando disfrutar de un acto sexual, o cualquier otra cosa. Es intrusivo de narices, pero bueno, es una alarma por un peligro importante, ¿no?
Bueno, sé que el clima no se puede predecir al cien por cien, pero la lluvia de hoy no ha sido ni medio excepcional. El año pasado mismo conduje bajo una muchísimo más poderosa que hacía que los conductores pararan sus vehículos a ambos lados de la carretera. Esto ni se parecía, la verdad.
Yo ya he visto a agentes individuales paranoicos que empiezan a hablar de pruebas de control del gobierno. Yo no necesito recurrir a la paranoia, puedo pensar simplemente que son imbéciles, y que tan pronto pecan de una displicente falta de cautela como de un exceso no justificado más allá de sentir cierta garantía de evitar un atasco enorme en uno de los días más importantes de la operación retorno.
Ya sea por idiotez o no, lo que no puede ser es utilizar un medio tan intrusivo como estas alarmas para generar una sensación de peligro injustificada. Porque el ciudadano se lo tragará una o dos veces, pero a la tercera ya dirá “ya están estos otra vez haciendo el descargo de responsabilidad, de si ocurre algo yo me lavo las manos porque ya avisé”. Porque lo que ocurre cuando dices demasiadas veces “que viene el cyberlobo”, es esto:
Nota: supe después de escribir este artículo que en el oeste de Madrid las lluvias habían sido mucho más importantes y habían causado importantes daños personales y materiales. Yo publiqué el artículo, y aquí lo mantengo, para que cualquiera juzgue mis errores, o emita aclaraciones sobre la precisión de los avisos y las predicciones meteorológicas, o le mire el sustrato metafórico del uso del miedo como herramienta política.
Como quiera que cuando transicioné pensé que ya limitaba bastante mis relaciones, elegí hacerme con un teléfono accesorio de persona normal, con android, whatsapp y funcionalidades modernas habituales entre las personas occidentales, ¡hasta tengo una cuenta de instagram, no digo más! Toda esta experiencia es en sí misma digna de análisis, pero no es el tema de hoy. No, hoy vengo a hablar del gobierno y sus alertas.
Esta maravilla del cyberpunk 2M23 obviamente no ha llegado a ninguno de mis sistemas linux. Su funcionamiento no es un secreto, sabemos perfectamente que se envía indiscriminadamente desde las antenas, y la versión de nuestro teléfono nos la enseña como le parece. En este caso, con esa intrusiva imagen acompañada de una alarma sonora.
A mí me ha pillado duchándome, pero no me quiero imaginar al que haya cogido echando la siesta o intentando disfrutar de un acto sexual, o cualquier otra cosa. Es intrusivo de narices, pero bueno, es una alarma por un peligro importante, ¿no?
Bueno, sé que el clima no se puede predecir al cien por cien, pero la lluvia de hoy no ha sido ni medio excepcional. El año pasado mismo conduje bajo una muchísimo más poderosa que hacía que los conductores pararan sus vehículos a ambos lados de la carretera. Esto ni se parecía, la verdad.
Yo ya he visto a agentes individuales paranoicos que empiezan a hablar de pruebas de control del gobierno. Yo no necesito recurrir a la paranoia, puedo pensar simplemente que son imbéciles, y que tan pronto pecan de una displicente falta de cautela como de un exceso no justificado más allá de sentir cierta garantía de evitar un atasco enorme en uno de los días más importantes de la operación retorno.
Ya sea por idiotez o no, lo que no puede ser es utilizar un medio tan intrusivo como estas alarmas para generar una sensación de peligro injustificada. Porque el ciudadano se lo tragará una o dos veces, pero a la tercera ya dirá “ya están estos otra vez haciendo el descargo de responsabilidad, de si ocurre algo yo me lavo las manos porque ya avisé”. Porque lo que ocurre cuando dices demasiadas veces “que viene el cyberlobo”, es esto:
Nota: supe después de escribir este artículo que en el oeste de Madrid las lluvias habían sido mucho más importantes y habían causado importantes daños personales y materiales. Yo publiqué el artículo, y aquí lo mantengo, para que cualquiera juzgue mis errores, o emita aclaraciones sobre la precisión de los avisos y las predicciones meteorológicas, o le mire el sustrato metafórico del uso del miedo como herramienta política.