La guerreras trans cyberpunk se rompen solas
La verdad es que no sé muy bien por donde empezar. El otro día se me rompió mi polea de dorsal cuando pretendía mover cien kilogramos en ella, y fruto de ello me di un golpe impresionante, con varias lesiones leves, una muela fragmentada de la presión, y una lesión que no parecía leve en absoluto, sino que se manifestaba con un dolor nervioso que más bien recordaba a una hernia discal, y sé del tema.
Este evento no ha sido algo leve. Simplemente con haber hecho otro ejercicio distinto, me habría abierto el cráneo -si bien no lo hago nunca porque me da miedo-, y la lesión fue lo bastante grave como para llegar a provocarme un desmayo. Las urgencias de 2M23 son un poco como un servicio de atención telefónica con un dispensador de analgésicos, así que me mandaron analgésicos. No me los tomé.
Sí puse todo mi empeño y conocimiento (incluyendo lo que me enseñaron algunos neomonjes cybertibetanos) de mi anterior hernia de larga duración para intentar salir adelante, y esté mi diagnóstico bien o mal, lo cierto es que he mejorado a una velocidad inmensamente superior a la que podía siquiera imaginar.
No le tengo demasiado miedo a morir. Sí que me aterran las enfermedades de largo recorrido, las invalideces, la ceguera, y cualquier cosa que me separe de mi actividad deportiva, que lleva siendo una parte fundamental de mi vida desde… bueno, está escrito en otros blogs. Así que la posibilidad de haberme visto paralizada en una cama día tras día me ha acojonado de verdad.
A priori parece que la parte más importante de la crisis se ha superado, así que supongo que debería sentir alivio, pero la verdad es que no lo consigo: estoy agobiadísima. Por una parte tengo la sensación de que hay una “yo” que en estos momentos sí está postrada destrozada por el dolor y pensándose muy bien si suicidarse o no, por otra siento como que a mi forma he esquivado una bala y que le debo algo a alguien, pero ni siquiera sé a quién. No sé, ¿alguien tiene por ahí alguna religión o algo que me acepte un donativo? También miro a mi máquina de polea y me da también miedo.
Supongo que esto último se pasará. Es un poco como cuando sufro un esguince (uno de mis dos tobillos es muy imperfecto), que luego tengo dudas de si podré pisar con seguridad, y paso unas cuantas carreras que son mierdosas, pero al cabo del tiempo recupero la confianza, y vuelvo a correr a mi 100%.
Fuera de eso, me pregunto si no debería empatizar con la guerrera trans cyberpunk del otro lado del espejo que está postrada en una cama, y suicidarme yo, a ver si hay algún dios que le manda algo de mi fortuna en compensación. O quizá eso es lo que ha pasado, que estoy gastando la vida de un reflejo de mí.
Pero no sé, realmente me estoy replanteando algunas cosas, o por lo menos tengo la sensación de que debería hacerlo. No es que piense “oh, ahora he sido consciente de mi vulnerabilidad, así que tengo que hacer tal cosa importante”, porque la verdad es que ni se me ocurre algo realmente importante que yo pudiera hacer con mi vida o mi tiempo.
Si alguien que lea esto tiene algún buen consejo, que por favor me lo de. Si no, quizá la Val del futuro lea esto y piense algo mejor que yo. Hola, Val del futuro, ¿sigues siendo un manojo de inseguridad, ni siquiera digna del oxígeno que respiras y del agua que bebes? Supongo que sí, así que espero que al menos hayas aprendido a manejar mejor una espada, y a protegerte en todo momento.
Este evento no ha sido algo leve. Simplemente con haber hecho otro ejercicio distinto, me habría abierto el cráneo -si bien no lo hago nunca porque me da miedo-, y la lesión fue lo bastante grave como para llegar a provocarme un desmayo. Las urgencias de 2M23 son un poco como un servicio de atención telefónica con un dispensador de analgésicos, así que me mandaron analgésicos. No me los tomé.
Sí puse todo mi empeño y conocimiento (incluyendo lo que me enseñaron algunos neomonjes cybertibetanos) de mi anterior hernia de larga duración para intentar salir adelante, y esté mi diagnóstico bien o mal, lo cierto es que he mejorado a una velocidad inmensamente superior a la que podía siquiera imaginar.
No le tengo demasiado miedo a morir. Sí que me aterran las enfermedades de largo recorrido, las invalideces, la ceguera, y cualquier cosa que me separe de mi actividad deportiva, que lleva siendo una parte fundamental de mi vida desde… bueno, está escrito en otros blogs. Así que la posibilidad de haberme visto paralizada en una cama día tras día me ha acojonado de verdad.
A priori parece que la parte más importante de la crisis se ha superado, así que supongo que debería sentir alivio, pero la verdad es que no lo consigo: estoy agobiadísima. Por una parte tengo la sensación de que hay una “yo” que en estos momentos sí está postrada destrozada por el dolor y pensándose muy bien si suicidarse o no, por otra siento como que a mi forma he esquivado una bala y que le debo algo a alguien, pero ni siquiera sé a quién. No sé, ¿alguien tiene por ahí alguna religión o algo que me acepte un donativo? También miro a mi máquina de polea y me da también miedo.
Supongo que esto último se pasará. Es un poco como cuando sufro un esguince (uno de mis dos tobillos es muy imperfecto), que luego tengo dudas de si podré pisar con seguridad, y paso unas cuantas carreras que son mierdosas, pero al cabo del tiempo recupero la confianza, y vuelvo a correr a mi 100%.
Fuera de eso, me pregunto si no debería empatizar con la guerrera trans cyberpunk del otro lado del espejo que está postrada en una cama, y suicidarme yo, a ver si hay algún dios que le manda algo de mi fortuna en compensación. O quizá eso es lo que ha pasado, que estoy gastando la vida de un reflejo de mí.
Pero no sé, realmente me estoy replanteando algunas cosas, o por lo menos tengo la sensación de que debería hacerlo. No es que piense “oh, ahora he sido consciente de mi vulnerabilidad, así que tengo que hacer tal cosa importante”, porque la verdad es que ni se me ocurre algo realmente importante que yo pudiera hacer con mi vida o mi tiempo.
Si alguien que lea esto tiene algún buen consejo, que por favor me lo de. Si no, quizá la Val del futuro lea esto y piense algo mejor que yo. Hola, Val del futuro, ¿sigues siendo un manojo de inseguridad, ni siquiera digna del oxígeno que respiras y del agua que bebes? Supongo que sí, así que espero que al menos hayas aprendido a manejar mejor una espada, y a protegerte en todo momento.