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Algunas aficiones económicas

Este texto está directamente relacionado con mis proyectos de automuerte sobre los que escribía en mi artículo interior, pues se me señaló que sería interesante que incluyera el papel que las espaditas juegan en mi vida, y es algo que merece su propia argumentación.

Tener aficiones es algo que aporta mucho a una persona que esté inmersa en la complejidad de vivir en el incómodo mundo del siglo XXI en el que los objetivos y los métodos para conseguirlos se han confundido entre sí de una forma muy extrema, dotando al entorno de una continuada mercantilización que desdibuja todo, incluyendo, por desgracia, a las mismas aficiones. Por seguir con el ejemplo con el que he empezado, dentro del mundo de la esgrima hay ya gente intentando vivir de decir cosas muy cuestionables en youtube, egos realmente crecidos por detalles que no deberían estar ni den debate, o gente promocionando sus explotaciones comerciales con herramientas que no deberían ser ni cuestionables.

Tal y como yo lo veo, las tecnologías de la información han cambiado completamente la forma en la que interactuamos con las aficiones. Hace no tantos años, cuando una persona tenía una afición que vivía con interés o pasión, era básicamente un friki extraño y probablemente incomprendido, al menos en esa faceta. Pero la presencia de las herramientas de internet, o específicamente de las redes sociales han cambiado mucho la visión de estas personas, eliminando casi al completo esta condición de raritos, faltos de confianza o inadaptados, y además ha dotado de multitud de herramientas a cualquier persona que quiera profundizar en cualquiera de estas materias. Claro que también ocurre la parte negativa, que es que las conductas que resultan llamativas no son las profundas, sino las onerosas, y los afinados protocolos de mercadeo finalmente ocultan aquello que es paradigmático para que finalmente solo veamos aquello que es productivo. Como una vez escuché decir:

“En el siglo XX te conectabas a internet para evadirte de la realidad. En el siglo XXI te conectas al mundo físico para evadirte de internet.”

Parte de la problemática radica en que en el lío de objetivos y métodos para conseguirlos, cualquier difusor de estas actividades estará interesado en que consumamos algún producto de forma continuada. Las aficiones dejan de ser un objeto concreto para convertirse en consumibles de vida corta o directamente servicios de pago periódico, y cualquier actividad que ejerzamos en este sentido estará sujeta a una variante con coste económico incrementado cuyos beneficiarios económicos lucharán con todos los medios a su alcance por aparentar ser la opción más atractiva, o incluso la única forma de vivir dicha actividad.

Yo he intentado siempre estar fuera de esta rueda viciosa, y a veces he tenido bastante éxito, y otras no tanto. Me parece muy importante, porque a fin de cuentas, si entramos en una espiral de consumo, tendremos que dedicar esfuerzos a mantener nuestro nivel de compromiso, y eso condicionará otras actividades vitales.

Me parece importante señalar que para mí estas aficiones no son únicamente enriquecedoras por su contenido implícito, sino que acarrean una socialización muy positiva con personas que estén implicadas no únicamente en la actividad en sí, sino también en la forma concreta de vivirla. Específicamente, dentro del mundo de las espaditas he encontrado a muchas personas que me han apoyado de formas que no esperaba, y que definitivamente han postergado mi suicidio.

Pero no es la única actividad que me ha ayudado en este sentido. Así que he pensado en compartir unas cuantas de las que lo han hecho, incluyendo en la reflexión la relación con el aspecto socioeconómico y su relación con las redes sociales, intentando dar una visión de afición conservativa en un sentido económico, respondiendo siempre a preguntas clave como: ¿qué aporta?, ¿cómo se puede vivir de forma económica?, ¿cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?, y otras que se me han ocurrido, pero sin ninguna pretención ni más rigurosidad que mi propia reflexión.

Ah, y me parece oportuno señalar que existen muchas más aficiones, pero que yo no conozco en suficiente medida porque no las practico, así que me parecería genial que se me comentara las que fuera, y si hay interés suficiente, escribo un segundo artículo invitado para hablar de aficiones de las que no sé, basándome en experiencias de otros.

Esgrima medieval



El asunto que despertó este artículo, y probablemente mi afición más presente a fecha de hoy. Para quien no lo conozca, consiste en darte de hostias con otro tipo utilizando espadas de metal no afiladas.

¿Qué aporta?



Bueno, aparte de ser extremadamente divertido sin más, es un arte marcial en sí misma, así que supongo que aporta coordinación, equilibrio, confianza, fuerza, reflejos, velocidad, autocontrol y sobre todo molar una barbaridad y destacar en cualquier ámbito social ya sea con fotos, anécdotas o explicaciones pedantes.

¿Qué modelo de socialización promueve?



Cundo te estás dando de hostias con aceros, tiene que haber cierta confianza con una una razonable cantidad de personas, así que se promueve una cierta conducta grupal en la que los enlaces son muy fuertes pero no necesariamente íntimos. Algunas personas están ahí siempre o casi siempre, algunos desaparecen para siempre o vuelven a aparecer más adelante.

¿Cómo se puede vivir de forma económica?



Si quieres tener tu pack de protecciones y tu propia espadita, la cosa se te puede poner, dependiendo de la disciplina, entre quinientos y mil euros, pero en la parte buena, es una equipación que dura bastante tiempo. No es para nada una afición barata, pero tampoco es exageradamente prohibitiva.

¿Cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?



Principalmente hay gente que dice cosas muy raras en canales de youtube, o que realiza promociones de sus productos de formas apestosamente sigloveintiunescas. Por fortuna, todo este asunto requiere implicación, es cansado y a veces hasta hace daño, así que no es el mejor lugar para posers de ego subidito, aunque algunos hay.

Tiene el riesgo de incluir a personas que pretenden ser “el guerrero definitivo”, pero suena tan infantil que nadie lo dice en voz muy alta.

¿Es seguro para personas trans?



No, en el sentido de que te estás dando golpes y no es seguro para nadie. Pero para mi sorpresa fue un entorno muy cómodo en el que transicionar, a fin de cuentas la gente quiere más personas con las que divertirse.

Juegos de rol de mesa



Seguramente la afición más conservativa que hay, entre “hacer aviones de papel” y “sentarme debajo de un árbol”. Lo que queramos pagar será simplemente porque queramos hacerlo o porque muy específicamente nos atraiga un manual o cualquier accesorio.

¿Qué aporta?



Es probablemente el ejercicio de ficción narrativa en común más puro que exista, así quizá aporta el ejercicio continuo de creatividad e imaginación que hasta ahora hemos concebido en la humanidad. Hay mucho escrito sobre jugar al rol, y algunas de esas cosas incluso las ha escrito alguna de mis personalidades. En la actualidad no es algo tan minoritario como sí es “pelearse con espadas”.

¿Qué modelo de socialización promueve?



En verdad hay muchas formas de vivir esta afición, pero tal y como yo la he disfrutado en su momento, fomenta grupos relativamente pequeños con mucha implicación personal. Las campañas exigen compromiso de permanencia, lo que tiene cierta problemática.

¿Cómo se puede vivir de forma económica?



Como en todas las aficiones, te puedes dejar todo el dinero que quieras, pero si no te vuelves loco con una colección absurda de manuales y/o accesorios, apenas invertirás recursos en esto.

¿Cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?



Muchísimo ego disparado con manifestaciones continuadas. Y como no puede ser de otra forma, en la actualidad se ha llenado de personas que por el motivo que sea tienen muchos seguidores y deciden monetizarlos con actividades de rol.

¿Es seguro para personas trans?



Bueno, depende completamente del grupo con el que juegues. En mi experiencia, las comunidades online de rol no son seguras para nadie, pero quizá hayan mejorado un poco desde que yo saliera espantada.

Juegos de mesa



En realidad esta no es para mí una afición del todo agradable, pues en realidad me gustan formas de divertirme que implican una continuidad prolongada en el tiempo, pero he de reconocer que es algo que creció mucho en la oferta y las formas de disfrutarse.

¿Qué aporta?



Como hay una gran cantidad de juegos diferentes, aportan diversión arbitrariamente casual para grupos de tamaño moderado sin exigir en absoluto compromiso.

¿Qué modelo de socialización promueve?



Como normalmente no exigen disciplina ni compromiso, han encajado muy bien con las reuniones más o menos localizadas de personas variadas en el entorno de ocio del siglo XXI, hasta el punto de que se zampaban la práctica totalidad del espacio en las convenciones de ocio alternativo.

¿Cómo se puede vivir de forma económica?



Desde mi punto de vista, el problema de esta afición es que está muy ligada a un consumismo fuerte, de manera que las estanterías de particulares y asociaciones estaban repletas de una innumerable cantidad de cajitas de variado tamaño con colores llamativos.

Mantener una disciplina de consumo para no acabar teniendo un montón de cajas que se abren una vez en la vida puede ser complejo, por lo que lo considero una de las aficiones menos conservativas de esta lista.

Yo nunca he caído en ello, pero porque no soy muy afín. Pero bueno, debo además añadir que hay juegos que son “print and play”, así que se puede llegar a tener mucho ocio sin echar ni una moneda.

¿Cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?



El mercado de los juegos de mesa está TAN saturado que incluso tiene problemas de contracción en la actualidad. Todo el daño que pudieran hacer las redes sociales ya está hecho, y una de las evidencias más claras es que muchísima gente ni siquiera lee los manuales, sino que miran un canal de youtube en el que enseñen a jugar.

¿Es seguro para personas trans?



No tengo experiencia en la actualidad.

Wargames



Oh, sí, mi querido warhammer al que he jugado de forma intermitente toda mi vida. Bueno, hay otros juegos, y evidentemente de diferentes compañías, pero a mí siempre me ha seducido el decadente futuro en el que solo hay guerra.

¿Qué aporta?



Desde mi punto de vista, una recreación visual de un concepto imaginativo que bien podríamos estar viviendo en los señalados juegos de rol. Hay una diferencia muy clave, y es que la afición a los wargames se practica incluso cuando no se está jugando, porque se pintan miniaturas o se preparan escenografías. Puede ser muy absorbente, para lo bueno y para lo malo.

¿Qué modelo de socialización promueve?



Hay muchas formas de vivirlo, la verdad, y la omnipresente en el siglo XXI son los torneos o las partidas al estilo de torneo, que se asemejan más a un juego de mesa que a una experiencia narrativa que fue el origen de la afición.

A mí no me gusta nada este supuesto estilo competitivo, pero tiene la ventaja de que une a personas que no tienen por qué conocerse previamente al haber establecido un idioma común previo.

¿Cómo se puede vivir de forma económica?



Las compañías que están detrás de estos juegos han entendido muy muy bien cómo entrar en las mentes de sus clientes y crear auténticos adictos que se gastan grandes cantidades de dinero de forma periódica, hasta el extremo de que sus juegos ya no son tanto un wargame como un híbrido chungo entre juego de mesa y servicio de pago, hasta el punto de que en la actualidad prohíben miniaturas que ni siquiera sin excesivamente antiguas.

No obstante, en su casa cada cual hace lo que quiere, así que si en verdad queremos jugar con nuestros amigos fuera del entorno competitivo, o incluso participar en el entorno competitivo sin ánimos de ganar nada, podemos hacerlo con un ejército que nos costó trescientos euros y que no vamos a ampliar en nuestras vidas.

Hay muchas formas absurdamente económicas de participar de esta afición, e incluso hay personas que no solo se hacen impresionantes escenografías sino incluso ejércitos completos a partir de prácticamente nada, como son Scratch Attack, para mí uno de los pocos fenómenos de internet que merecen ser nombrados.

¿Cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?



Tiempo verbal inadecuado, porque el asunto ya está más que estropeado, partiendo por las propias empresas que crean estos juegos, que como he señalado, secuestran y desangran a sus clientes de una forma bastante patente.

¿Es seguro para personas trans?



Yo diría que en el entorno de los torneos, no, y lo digo por propia experiencia, porque he recibido comentarios despectivos y actitudes hostiles. Pero bueno, para jugar con tus amigos...

Programación y/o gestión de redes recreativa



En el alocado mundo informatizado del siglo XXI utilizamos una gran cantidad de herramientas digitales que condicionan nuestras prácticas habituales, y estas tienen un coste económico o de otro tipo… pero en realidad este coste prácticamente siempre se puede reducir o eliminar, incluso consiguiendo una importante ventaja comparativa.

¿Qué aporta?



Principalmente ser los dueños de nuestros recursos, pero en muchos casos también en dinero o en tiempo de no aguantar absurdas publicidades, de manera que incluso podremos escapar de que condicionen nuestra forma de pensar…

Hay ya proyectos que suponen una alternativa libre a la práctica totalidad de ofertas comerciales, y eso sin tener ni idea de programar. Pero es que si ya sabes...

¿Qué modelo de socialización promueve?



Bueno, realmente ninguna, pero lo cierto es que los grupos de desarrollo suelen tener comunidades detrás. Muchas de ellas son bastante tóxicas.

¿Cómo se puede vivir de forma económica?



Es parte de la gracia, porque hoy en día existe toda una suerte de oferta de componentes muy económicos que nos permiten realizar todo tipo de experimentos e incluso ponerlos en producción de forma eficaz.

¿Cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?



En sí, el asunto es que estos proyectos vienen a ofrecer alternativas por parte de gente que probablemente esté hasta las naricillas de muchas de las cagadas del siglo XXI, pero como en cualquier caso exigen cierta inteligencia y algún trabajo consciente, lo normal es que el influencer al azar de instagram no esté al nivel.

¿Es seguro para personas trans?



Lo más normal es que lo hagas en tu entorno privado sin la participación de otros, así que tú dirás...

Atletismo y otros deportes asociados a la salud



Llevo más de un cuarto de siglo corriendo y haciendo pesas, tanto que ya no solo no me cuesta esfuerzo, sino que me distrae de las miserias de existir. Yo personalmente lo tengo integrado en mi vivir, y no tengo que hacer ningún esfuerzo.

¿Qué aporta?



Principalmente salud, pero cada una de estas actividades tiene su propio beneficio, no únicamente en las cualidades físicas implicadas, sino por la autorecompensa que ofrece en sí mismo como actividad dinámica. A mí me gusta levantar pesos y correr, sin más.

¿Qué modelo de socialización promueve?



Bueno, en mi caso, ninguno. Hace muchos años que escapé del entorno de los gimnasios y de los corredores organizados.

¿Cómo se puede vivir de forma económica?



Depende de la actividad, pero si no se nos va la pelota con ropitas monas, accesorios innecesarios o suplementos alimentarios de cuestionables beneficios, puede salir realmente barato.

¿Cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?



Este grupo de actividades están totalmente rotas, porque hace mucho que el método se ha confundido con el objetivo, así que prácticamente todo el mundo quiere simplemente tener mejor aspecto, y lo que buscan son atajos que los oportunistas gestionan bien en las redes sociales.

Además, hay todo un constructo mental alrededor del concepto de la motivación, que nunca he entendido demasiado bien. A lo largo de este cuarto de siglo que llevo entrenando, nunca he estado motivada ni desmotivada, lo hago y ya está.

¿Es seguro para personas trans?



No lo sé, yo lo hago sola.

Videojuegos independientes



Hay enormes videojuegos que exigen inversiones muy altas y que son conducidas por empresas con más presupuesto que la última superproducción de holywood, pero también existe un gran entorno de producción de desarrolladores independientes, y sus juegos suelen ser bastante económicos, y a veces muy novedosos y divertidos.

¿Qué aporta?



Entretenimiento puro, normalmente en solitario, aunque a veces también en multijugador. Luego ya, cada videojuego es distinto, así que no puedo juzgar...

¿Qué modelo de socialización promueve?



Muchas veces, ninguno, aunque pese a ello existe toda un ecosistema de jugadores que comparte su actividad de diversas formas por internet.

¿Cómo se puede vivir de forma económica?



No dejándose llevar, comprando solo juegos de los que recibes buena información, especialmente de personas de las que te fías, y acabando los que te gustan antes de ponerte con otros. Hay ocasiones con importantes descuentos.

¿Cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?



Es realmente difícil de tratar, pero simplificando mucho, hay un nivel de competitividad absoluto que ya obliga a que el esfuerzo de promoción sea mayor que el de creación del videojuego en sí, y eso es realmente problemático.

¿Es seguro para personas trans?



Estás jugando en tu casa, ¿no?

Patinaje



En este periodo de mi vida no lo practico, y precisamente lo echo mucho de menos. Me parece tremendamente divertido.

¿Qué aporta?



Supongo que sensación de libertad, y que puedo hacerlo con un vestido chulo. Y bueno, a fin de cuentas es un deporte en el que se mejoran muchas cualidades físicas, como en los mencionados en otras secciones de este artículo. Particularmente, dudo que haya aprendido nunca más equilibrio.

¿Qué modelo de socialización promueve?



En mi caso, el modelo de la envidia. Nunca he tenido un grupo de patinaje estable, y obviamente no puedo hacer roller derby, así que cuando veo a gente patinando por el retiro o cualquier parte, me fastidio. Pero bueno, lo puedo hacer sola.

¿Cómo se puede vivir de forma económica?



Te compras unos patines más o menos buenos, un pack de protecciones que te valgan, y patinas. No tiene misterio, y sí mucha diversión. Yo he llegado a gastar cuarenta euros de ruedas en muy pocas sesiones de derrapes, y es algo a evitar si quieres vivir con economía.

¿Cómo lo están estropeando las redes sociales y el mercadeo?



Es una afición más, en la que puede haber mucha actitud “poser” y bastante culto a la imagen.

¿Es seguro para personas trans?



Me falta experiencia en grupos sociales amplios, pero tradicionalmente es una actividad con una amplia diversidad de género. A las chicas nos gusta patinar.